Predicciones para la logística global en 2022

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CLMF

En esta misma columna analizábamos hace casi dos años, en febrero de 2020, los efectos que podíamos esperar en cuanto al nivel del intercambio mundial de bienes y satisfactores, si la pandemia surgida en los últimos meses de 2019, se extendiera a todo el orbe.

Acotábamos en ese entonces, que la penetración del comercio exportador de China y el desarrollo de numerosas industrias de múltiples países de origen en esa nación, habían sido impulsados, mediante un sorprendente desarrollo logístico, tanto en instalaciones como en los puertos y flotas marítimas, así como en el uso generalizado de los contenedores y una estratégica penetración de las empresas logísticas chinas alrededor de todo el globo.

Después de haberse cumplido 24 meses del surgimiento del Coronavirus en ese país asiático, el panorama comercial y logístico mundial ha sufrido una drástica transformación, tanto en el nivel de consumo global, como en los satisfactores preferidos por los consumidores y, sobre todo, en la baja generalizada de su poder adquisitivo. Lo anterior, se ha venido agravando ante la fuerte escasez de contenedores y la incertidumbre sobre la sobrevivencia de numerosas industrias alrededor del planeta, que paradójicamente, incluyen a una de las más poderosas y motor de la economía mundial: la automotriz, la cual tiene múltiples factorías en paro de producción, debido a la falta de un pequeño componente crítico denominado microprocesador, mejor conocido coloquialmente como “Chip”.  

Los “Chips” se han convertido en el elemento neurálgico de cualquier aparato, computadora, teléfono, maquinaria, vehículo, juguete o producto cuyo funcionamiento, funciones u operaciones dependan de un circuito electrónico integrado. ¿Y que creen, estimados lectores?, la fabricación de estos pequeños dispositivos proviene primordialmente de China, país que, entre otras cosas, ha logrado centralizar su producción mundial, poniendo en jaque en este momento a todo el planeta.

A pesar de que el nivel de los fletes marítimos ha rebasado cualquier pronóstico que alguien hubiera hecho a principios de 2020, cuando ahora han llegado a crecimientos inusitados de más de 5 veces en menos de 2 años, la llamada “crisis de los contenedores” no ha podido ser resuelta.  Los equilibrios existentes en las diferentes rutas marítimas fueron resquebrajados, por una parte, debido a la reducción de la demanda en mercados focalizados al inicio de la Pandemia y por la otra -al reiniciarse operaciones y empezar a abrirse las economías-, provocada por la creciente demanda de las empresas, las cuales se abastecieron de manera sobrada en previsión de nuevas oleadas de la pandemia y ejercieron una presión inusitada sobre el sistema.

“El aumento de la demanda fue más fuerte de lo esperado y no se encontró con una oferta suficiente de capacidad de envío”, dice un reciente informe de políticas de la UNCTAD, que añade que la consiguiente escasez de contenedores vacíos “no tiene precedentes”. Situación que, aunada a recortes de personal en las navieras, reducción de barcos, el cierre de agencias logísticas y rebrotes del coronavirus en diferentes partes del mundo, ha llevado a la industria al borde del colapso.

En ese contexto, al decir de las principales navieras mundiales, se está analizando un posible reordenamiento de rutas de abastecimiento, particularmente entre el Lejano Oriente y América, ante la creciente saturación en los puertos norteamericanos del sur de la Costa Oeste de los Estados Unidos, mayores costos en las rutas largas que abastecen los puertos sudamericanos, así como cambios en las políticas de administración, aduanas y de atracción comercial en puertos mexicanos, donde se ha designado a las autoridades militares para encabezar y gestionar dichas políticas, lo que puede influir en mayores retrasos, según las navieras.

En este escenario, diversas organizaciones y estudiosos del tema logístico, están vaticinando una serie de tendencias que se prevé ocurran a lo largo de 2022, en un contexto mundial ambivalente: apertura de las economías y medidas de confinamiento y restricciones de movilidad, ante la aparición de nuevas variantes del mortífero virus. Aquí presentamos 6 de las relevantes:

  1. Adopción profunda de nuevas tecnologías. Debido al aumento del comercio electrónico, se espera una mayor demanda de servicios logísticos para almacenar, distribuir y gestionar todo tipo de mercancías e insumos. El mundo se encuentra sumergido en una nueva realidad que necesita agilidad y precisión.
  • Visibilidad de la mercancía en tiempo real. Se debe tener una fotografía dinámica precisa de dónde se encuentra físicamente la mercancía en un momento dado, al tiempo que se analizan los escenarios del futuro inmediato y de corto plazo, para predecir cuanto y dónde se deberá aprovisionar, distribuir, almacenar y vender, según los análisis del comportamiento acelerado del mercado. “Se trata de un control preciso para optimizar y reducir costos”, según Daniel Rodríguez, CEO de TechnoApes.
  • Trazabilidad de la hoja de vida de las mercancías. Esta tendencia observada ya desde hace algunos años, viene a cobrar nueva relevancia, debido a la necesidad de conocer desde su concepción y origen a cada producto que se ofrece en el mercado, además de tener certidumbre de las condiciones a las que ha sido sometido para su almacenaje, cómo ha sido transportado, así como registrar los eventos para su distribución y entrega.
  • Inteligencia aplicada al seguimiento de los embarques. Las actuales disrupciones en el transporte lo han convertido en una actividad estratégica, al pasar de un proceso que no aportaba valor -con suficiente oferta y costo asequible-, a ser hoy por hoy una pieza toral de las cadenas logísticas. Por ello, es necesario conocer el tiempo de desplazamiento, incrementar los niveles de entrega y un mayor control de la operación, para que, en conjunto, sea factible prestar un mejor servicio. De la misma forma, paralelamente se vuelve necesario interactuar sobre las condiciones de funcionamiento, mantenimiento y estado óptimo de los vehículos de transporte.
  • Aplicación efectiva del internet de las cosas. La industria requiere ahora, más allá de las operaciones y procesos tradicionales de la logística, mantener un control total de sus activos. Para ello, la denominada “IoT” hará posible codificar y conocer puntualmente el estado y lugar de ubicación de cada artículo, dentro de los procesos y de su distribución hacia el mercado.
  • Optimización de los procesos de despacho de la mercancía. Hoy se requiere, más que nunca, que las organizaciones puedan aprovechar la oportunidad de optimizar sus procesos de despacho.Se trata de obtener, como se ha dicho, una mayor trazabilidad del producto; detectar errores de movimiento y reducir fallas en la codificación de productos, entre otros aspectos, que al final se traduzcan en una transformación digital con sentido, que genere ahorros, procesos dinámicos y aumente la fidelidad y confianza en todos los clientes.

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