Carlos Luis Michel Fumero: España pasa por una encrucijada en su balanza comercial
La crisis que en su momento llevó a España a bajar la factura de importaciones y a las empresas a lanzarse a vender al exterior, redujo el déficit comercial e incluso se convirtió en superávit algún mes (en marzo de 2013, por primera vez, con 635 millones).
Gracias a la recuperación económica, las importaciones y, sobre todo, la subida del petróleo ha vuelto por sus fueros. Como resultado, el déficit comercial creció el 31,5% durante el primer semestre del año, hasta 14.585 millones de euros. En 2017 ya ocurrió algo semejante ya que el año terminó con una subida del 31,9%.
En concreto, en el primer semestre de este año las exportaciones españolas se situaron en 144.916 millones de euros, 2,9% más que en 2017. Por su parte, las importaciones subieron con suma rapidez, 5%, hasta 159.502 millones de euros. Razón por la cual, la diferencia entre unas y otras arroja un diferencial (déficit) de 14.585 millones de euros.
La culpa no solo la tiene el petróleo, aunque es sin duda el principal catalizador del déficit comercial. El saldo no energético (es decir, sin contar las compras de productos energéticos del exterior, de los que España es muy dependiente) arrojó un déficit de 2.348 millones de euros, que contrasta con el superávit de 262 millones de euros del acumulado hasta junio de 2017, y el déficit energético aumentó un 7,8%, hasta los 12.237 millones de euros (déficit de 11.351 millones en enero-junio de 2017).
Se puede inferir que, mientras España importa más bienes y servicios a un costo mayor, las compras al exterior de aquellos productos energéticos van a bajar –con toda probabilidad- en un 1,9%, pero contradictoriamente supondría un alza del 9,1%, ya que según destaca el Ministerio de Industria, el coste de los productos subió en un 11,2%.
La tendencia de más compras que ventas, permite que las exportaciones españolas de mercancías hayan crecido un 3,1% mientras las importaciones un 7,7%. ¿El resultado? en junio pasado se registró un déficit de 2.448 millones de euros, frente a los 1.259 millones de euros del 2017.