Impactos logísticos del T-MEC, para México

Otro aspecto relevante del capítulo de telecomunicaciones que se abordó en la 1ª. parte de este artículo, tiene que ver con el acceso de los distintos proveedores de productos, contenidos y manufacturas de consumo hacia los mercados de los 3 países firmantes, a través de las plataformas virtuales que les permitirán captar un mercado de más de 400 millones de personas dentro de la región.

Con base en la información proporcionada por la Secretaría de Economía, incorpora el principio de no discriminación que permite que los proveedores de los tres países operen en condiciones justas de mercado. El capítulo anticipa, asimismo, el establecimiento de un Comité para discutir temas de interés común y que permita dar atención a cualquier problemática potencial que surja para evitar distorsiones en el mercado. Además, para dar certeza a las inversiones, este capítulo queda sujeto al mecanismo de solución de controversias Inversionista-Estado previsto para algunos sectores específicos.

En ese sentido, el impulso que se prevé al e-commerce anticipa el incremento de operaciones de compra-venta a través de los medios electrónicos donde grandes corporaciones como Amazon y eBay serán de los principales protagonistas, dada su altísima penetración en los mercados de la región de Norteamérica.

Lo anterior, tendrá por una parte el aprovechamiento de la franquicia que se estableció dentro del tratado para empresas de mensajería y paquetería con la cual la importación de bienes quedará exenta del pago de aranceles y un determinado nivel de impuestos internos: en Estados Unidos será de 800 dólares libres de aranceles y de VAT (el equivalente al IVA mexicano); en México se elimina el pago de aranceles hasta por 117 dólares, de los cuales los primeros 50 dólares no pagarán IVA; mientras que en Canadá la cifra libre del pago de aranceles será hasta por 150 dólares canadienses, de los cuales los primeros 40 estarán exentos de IVA.

Por otra parte, la logística necesaria para que los productos que se oferten a través de los medios electrónicos estén disponibles para los consumidores dentro de los cortos tiempos que este tipo de comercio demanda, tendrán obligadamente que refinar los procesos logísticos partiendo desde el establecimiento de sus modelos de cadenas de suministro.

En primer término se tiene el modelo Push (“empuja” el inventario hacia el mercado mediante la difusión masiva de productos dirigidos a los consumidores, incidiendo en la demanda), el cual en su planeación logística, determina un nivel de inventarios de un catálogo predefinido de productos basado en pronósticos de venta, haciendo acopio de las mercancías mediante un programa progresivo basado en estacionalidades de la demanda, utilizando para ello medios de transporte de alto volumen y regularidad de oferta como son el barco y el ferrocarril, para el transporte de contenedores, así como estrategias estructuradas para operaciones de comercio exterior y sistemas de almacenamiento de concentración y distribución de mercancías en puntos estratégicos, que tienen como objetivo garantizar la disponibilidad de los productos en catálogo y un corto tiempo de entrega mediante servicios de “Ultima milla” .

En el otro lado se tiene el modelo Pull, (“jala” la demanda del mercado) que, con base en los pedidos formales del mercado hacia los productos incluidos en su catálogo, acopia los inventarios y dispara los procesos de suministro apoyado en la eficiencia de sus proveedores y en los medios de transporte de mayor velocidad, como el avión y el autotransporte para reducir los tiempos de entrega, al tiempo que elimina la necesidad de contar con altos niveles de inventario.  Este sistema debe estar soportado también con procesos ágiles de comercio exterior y presenta una mayor afinidad hacia el aprovechamiento de las franquicias mencionadas para envíos por empresas de paquetería y mensajería.

En ambos modelos, los requisitos y procesos aduanales deben ser optimizados a fin de lograr el objetivo de tener un tratamiento más estandarizado y uniforme en puertos marítimos y cruces fronterizos, por lo que dentro del T-MEC se han previsto distintas secciones a fin de homologar la documentación requerida, los cálculos de valor y aplicación de tarifas, así como una mayor sincronización entre los distintos actores participantes y especialmente, entre las agencias gubernamentales asociadas.

Todo ello apoyado en sistemas de tramitación electrónica donde los archivos virtuales tendrán el mismo valor que los documentos en papel y donde las reglas, procesos y notificaciones se informarán en línea a los importadores a través de una ventanilla única que aglutine a todos los actores. La nueva estrategia incluye avisos sobre cuál agencia o instancia gubernamental está retrasando los procesos de liberación aduanal de las mercancías. Comités transfronterizos permanentes para abordar de manera ágil las problemáticas que se susciten en puntos específicos, así como mecánicas en línea para eliminar penalizaciones adicionales por la corrección de errores o la clasificación errónea que se informen oportunamente.

Adicionalmente, se mejora el control de aduanas donde el T-MEC considera eliminar los límites en el número de puertos en los que puede presentarse un agente aduanal, así como que los requisitos para convertirse en agente aduanal se deberán publicar claramente en línea, a fin de promover un comercio más rápido, seguro y eficiente en América del Norte.

Con este panorama, los modos de transporte por vías de superficie, juegan un papel preponderante para proporcionar servicios trinacionales eficientes, seguros, competitivos y con una alta trazabilidad de los embarques. El transporte marítimo deberá contar con una infraestructura de acceso terrestre de alta capacidad, procesos eficientes, costos competitivos y un hinterland de los puertos, con elevada conectividad.

Los ferrocarriles, por su parte, que han mantenido un intercambio constante de equipos entre los tres países desde hace décadas, deberán estar apoyados por mejores infraestructuras en cruces fronterizos, vías modernas de largo recorrido y libramientos en zonas de alta densidad poblacional, así como, de laderos de mayor longitud y patios operativos de alta capacidad. Adicionalmente, el ferrocarril reclama intensificar el desarrollo y modernización de instalaciones de transferencia como las terminales intermodales, los puertos secos y el impulso a las plataformas logísticas integrales.

Finalmente, el autotransporte federal en México, además de elevar su competitividad frente a sus contrapartes, deberá enfrentar una serie de sobrerregulaciones y restricciones de circulación que se han venido generalizando en diversos municipios del país, además de superar la problemática de inseguridad, que en conjunto, han incrementado el costo de sus servicios, con impactos directos al consumidor.

Escrito por Sergio García



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